Como emprendedor o inversor sabemos que los indicadores o KPIs son claves para medir el negocio, para saber cómo vamos ganando usuarios, clientes y tracción en general.
Pero uno de los retos que enfrenta la mayoría de los emprendedores es determinar cuáles o cuántos KPIs va a estar monitoreando y sobre todo, cómo hacer para no caer en la trampa de los KPIs vanidosos, que defino como aquellos que nos dicen lo que queremos oír (o ver) pero no miden realmente cómo vamos.
Indistintamente de los indicadores que definamos para medir la evolución del negocio y que utilizamos para definir estrategias de corto, mediano o largo plazo, o sencillamente para crear reportes mensuales a nuestros accionistas o inversores, existe dos indicadores en particular que tiene que estar siempre entre los principales, el burn rate y runway.
El burn rate, en pocas palabras, es la velocidad en que la compañía está quemando caja, y se mide normalmente en términos mensuales. Si lo que queremos ver desde la óptica del inversor, es la velocidad en que el emprendedor está quemando el aporte de capital.
El burn rate permite, entre otras cosas, tener una referencia de la eficiencia del emprendedor en el uso de los recursos financieros de la empresa. Adicionalmente, cuando se combina con la disponibilidad de caja en el banco, se determina un aproximado de cuánto tiempo de operación le queda a la empresa (runway).
Pero, ¿por qué se destaca la relevancia de estos indicadores? Para responder esta pregunta me gusta usar una analogía: qué tan rápido y lejos puede llegar un auto de carrera de Fórmula 1 sin combustible. No importa qué tan innovadora u original es la idea, qué tan perfecto es el equipo, si no se tiene recursos financieros el proyecto fracasará; por algo aproximadamente el 70% de las empresas en Latinoamérica que fracasan lo relacionan con que no lograron generar ingresos o no pudieron obtener financiamiento (The Failure Institue).
Ahora bien, ¿Es suficiente llevar indicadores si no sabemos ejecutar o actuar? Lamentablemente no. Toda empresa debe tener su modelo financiero, supuestos de ingresos y gastos, así como su presupuesto para ejecutar en base a ello. Pero cuando el emprendedor no tiene el conocimiento o un recurso clave que apoye en la gestión financiera estratégica, se puede cometer un error básico: cumplir con el presupuesto de gasto sin cumplir con el de ingresos o de tracción. Lo anterior se resume en que si no logramos ver el proyecto como un todo, donde se va ejecutando el plan de gasto e inversiones en la medida que se vayan alcanzando las metas del negocio (ingresos, clientes, usuarios, tracción), será irrelevante tener un dashboard con los KPIs idóneos.
Por último, nunca olviden que el 68% de los emprendedores/startups fracasan en el proceso de levantar capital en la siguiente ronda, sea Series A o Series G, por lo que la gestión financiera de la empresa es tan clave como la comercial si queremos triunfar.
Luis Robaina
Finance & Portfolio at Wayra